Me gustaría dedicar todo mi apoyo a todas esas personas que tratan no solo de sobrevivir sino de rescatar a sus seres queridos, conocidos, o incluso desconocidos. Tiene que ser horrible ver como tu ciudad y tu vida se derrumban en un terremoto de la noche a la mañana. Pero más horrible tiene que ser que mientras tratas de salvar a la gente que necesita ayuda, o simplemente estas intentando asumir el golpe, vengan más terremotos, uno detrás de otro a cada cual más fuerte. Viendo como lo poco que queda en pie se derrumba a tu alrededor y no tienes donde ponerte a salvo. El tiempo corre en contra y estar ahi sin poder predecir cuando será el siguiente, o si por fin se ha terminado esta pesadilla tiene que ser angustiante. Hoy mi mayor deseo es que cesen ya los temblores, para que por lo menos puedan llegar las ayudas necesarias.
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